La huida
Llueve, aunque no lo escucho. Solo puedo ver las gotas de agua deslizándose por la ventanilla del avión. No puedo prestar atención a las instrucciones de la azafata (en el 2020 siguen soltando el mismo rollo de siempre). Toda mi atención, todos mis sentidos, se centran en la terminal de este pequeño aeropuerto tan alejado de mi casa. Solo espero que.... Bueno, solo espero que el avión despegue conmigo abordo, sin que nadie aparezca por esa maldita terminal para sacarme de aqui y llevarme a mi final.
Hacía ya mucho que no me pasaba, pero salió mal la misión y he tenido que escapar. Con lo poco que me gusta huir. Esa horrible sensación de que, ni de lejos, manejas ninguno de los aspectos de la situación. En estos momentos pienso: ¿y si...?. En mi opinión una buena manera de conocer a la gente es ver como reaccionan cuando tienen que huir. Dice mucho sobre nuestra manera de ser. Despues de todo durante una huida suele salir a flote nuestra parte más instintiva, mas visceral y, por que no decirlo, más intimamente ligada a lo que en realidad somos.
Creo que hay cuatro tipos de personas según su manera de huir.
Tenemos, por ejemplo, a los que huyen hacia adelante. Sencillamente cierran los ojos ante lo que se les viene encima y empiezan a correr. Corren en la ultima dirección hacia donde estaban mirando. Esto es un problema, si lo que estaban mirando era al problema viniendo como un camión en dirección contraria. El golpe (y puede ser muy gordo) es inevitable. En otro caso, si por suerte salen en otra dirección, aún queda por solucionar el problema del cansancio y de la velocidad. ¿Quién se cansa antes, tu o tus problemas? ¿Y si son más rapidos y te alcanzan?,¿que has conseguido?. Lo único que tienes seguro es que vas a terminar con las piernas hechas polvo.
En la siguiente categoria están los que huyen hacia atrás, buscando el último refugio que tuvieron. Una pena que esos refugios no siempre sigan en pie...¿no?. Por supuesto que aun te los puedes encontrar en pie. Pero nada impide que tus problemas (sus causas o sus causantes) conozcan tus refugios. Anda que si llegas hasta tan anhelado refugio y te encuentras a tus problemas tomando comodamente el té...
La tercera clase la forma los que huyen hacia los lados. Expresándolo de otra manera, los que se dedican a esquivar, pero sin ir a ningún lado. Quizá lo hagan por que son conscientes de que nunca superarán a sus problemas en velocidad. O por que, simplemente, no se ven con fuerzas de salir corriendo. Tampoco quiero olvidar a los que no tienen refugios a los que recurrir. El motivo es lo de menos. El problema es el resultado, es decir, te quedas en el sitio con tus problemas. Creo que no es necesario decir nada complementario. Eres un objetivo con posición conocida. Vamos, un blanco fácil.
Finalmente quedan los que huyen hacia adentro. Puede sonar raro, pero es así. Ni salen corriendo, ni esquivan ni tampoco buscan refugio. Sencillamente se construyen un refugio en su interior, un sitio donde todo es bonito y nadie les puede hacer daño. Un lugar donde pueden mandar o no, pero en el que nunca pasarán cosas que no les gusten. Pero los problemas no se van a ir por que cierres los ojos y te imagines un mundo maravilloso donde no tienen cabida esas cosas. Ni mucho menos. Siguen ahi atacando, destruyendo. Y aún por encima, cierras los ojos y te quedas quieto. Mal asunto.
Contado de esta manera parece que no hay ninguna manera viable de huir. Parece que ninguna se impone sobre las demás como método a elegir. Y es cierto por que, aun que no siempre es fácil de conseguir, la solución no es huir. La solución es clavar la mirada directamente al rostro de los problemas y enfrentarse a ellos.
Y la verdad, no sé por que he escrito esto, pero me siento mejor. Por fin escucho los motores del avión empujándonos hacia el ancho y oscuro cielo de esta noche.
Parece que no será la última.
Hacía ya mucho que no me pasaba, pero salió mal la misión y he tenido que escapar. Con lo poco que me gusta huir. Esa horrible sensación de que, ni de lejos, manejas ninguno de los aspectos de la situación. En estos momentos pienso: ¿y si...?. En mi opinión una buena manera de conocer a la gente es ver como reaccionan cuando tienen que huir. Dice mucho sobre nuestra manera de ser. Despues de todo durante una huida suele salir a flote nuestra parte más instintiva, mas visceral y, por que no decirlo, más intimamente ligada a lo que en realidad somos.
Creo que hay cuatro tipos de personas según su manera de huir.
Tenemos, por ejemplo, a los que huyen hacia adelante. Sencillamente cierran los ojos ante lo que se les viene encima y empiezan a correr. Corren en la ultima dirección hacia donde estaban mirando. Esto es un problema, si lo que estaban mirando era al problema viniendo como un camión en dirección contraria. El golpe (y puede ser muy gordo) es inevitable. En otro caso, si por suerte salen en otra dirección, aún queda por solucionar el problema del cansancio y de la velocidad. ¿Quién se cansa antes, tu o tus problemas? ¿Y si son más rapidos y te alcanzan?,¿que has conseguido?. Lo único que tienes seguro es que vas a terminar con las piernas hechas polvo.
En la siguiente categoria están los que huyen hacia atrás, buscando el último refugio que tuvieron. Una pena que esos refugios no siempre sigan en pie...¿no?. Por supuesto que aun te los puedes encontrar en pie. Pero nada impide que tus problemas (sus causas o sus causantes) conozcan tus refugios. Anda que si llegas hasta tan anhelado refugio y te encuentras a tus problemas tomando comodamente el té...
La tercera clase la forma los que huyen hacia los lados. Expresándolo de otra manera, los que se dedican a esquivar, pero sin ir a ningún lado. Quizá lo hagan por que son conscientes de que nunca superarán a sus problemas en velocidad. O por que, simplemente, no se ven con fuerzas de salir corriendo. Tampoco quiero olvidar a los que no tienen refugios a los que recurrir. El motivo es lo de menos. El problema es el resultado, es decir, te quedas en el sitio con tus problemas. Creo que no es necesario decir nada complementario. Eres un objetivo con posición conocida. Vamos, un blanco fácil.
Finalmente quedan los que huyen hacia adentro. Puede sonar raro, pero es así. Ni salen corriendo, ni esquivan ni tampoco buscan refugio. Sencillamente se construyen un refugio en su interior, un sitio donde todo es bonito y nadie les puede hacer daño. Un lugar donde pueden mandar o no, pero en el que nunca pasarán cosas que no les gusten. Pero los problemas no se van a ir por que cierres los ojos y te imagines un mundo maravilloso donde no tienen cabida esas cosas. Ni mucho menos. Siguen ahi atacando, destruyendo. Y aún por encima, cierras los ojos y te quedas quieto. Mal asunto.
Contado de esta manera parece que no hay ninguna manera viable de huir. Parece que ninguna se impone sobre las demás como método a elegir. Y es cierto por que, aun que no siempre es fácil de conseguir, la solución no es huir. La solución es clavar la mirada directamente al rostro de los problemas y enfrentarse a ellos.
Y la verdad, no sé por que he escrito esto, pero me siento mejor. Por fin escucho los motores del avión empujándonos hacia el ancho y oscuro cielo de esta noche.
Parece que no será la última.
6 Comments:
Creo que yo estoy en el cuarto grupo, la que escapa hacia adentro, la que se refugia en los amorosos brazos de los bífidus activos. ¿No son ellos los que nos cuidan por dentro y se nota por fuera? Pues ya está.
He escogido una forma óptima de escapar.
Y eso de enfrentarnos a los problemas... quita, quita, que el campo de batalla está lleno de valientes.
1:35 a. m.
Pues yo creo que tambien estoy en ese grupo. Creo que lo único que no me ha fallado nunca en mi vida ha sido mi imaginación.
Estoy de acuerdo contigo en lo del campo de batalla, pero alguna vez habrá que hacer algo. No se puede huir eternamente. Digo yo...
4:45 p. m.
Yo soy de los que huyen hacia adelante. Es la emoción y el riesgo lo que mantienen a uno vivo. Muy bonita la historia, pero sigue habiendo una gran diferencia en cuanto a la mia. A que no lo adivinar?
Besos a tuxina y mierda al mieldas
5:55 p. m.
Puessssss yo creo que la mejor solución sería enfrentarse a los problemas cara a cara, aunque yo no pueda hablar mucho...
Haz lo que tengas y quieras hacer, pero sobre todo no te arrepientas de ello.
Un besazo
7:01 p. m.
O problema soe ser que cando fuximos non nos damos de conta dunha cousa, e é que os problemas fuxen connosco, nin nos buscan, nin os deixamos de lado, é máis, moitas veces o problema somos nos mesmos/as....cousa non sempre facil de ver.
Pasa como cando bebemos para afoga-las nosas penas, que as moi jodidas saben nadar....
De todos xeito quero engadir outra forma de "fuxir" e é dando un paso para atrás....para tomar impulso e atacar co cuchillo entre os dentes. Porque fuxir nunca é unha opción, penso eu vamos.
4:15 p. m.
O problema soe ser que cando fuximos non nos damos de conta dunha cousa, e é que os problemas fuxen connosco, nin nos buscan, nin os deixamos de lado, é máis, moitas veces o problema somos nos mesmos/as....cousa non sempre facil de ver.
Pasa como cando bebemos para afoga-las nosas penas, que as moi jodidas saben nadar....
De todos xeito quero engadir outra forma de "fuxir" e é dando un paso para atrás....para tomar impulso e atacar co cuchillo entre os dentes. Porque fuxir nunca é unha opción, penso eu vamos.
4:15 p. m.
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