15.12.04

Calor

Hay películas que se hacen dificiles de mirar. Algunas por malas, otras por lo que significan para cada uno. Y es que en realidad en cada una hay tantas películas como gente haya dispuesta a verla. Por tanto lo que para alguien sea una simple diversión para otro puede ser un trago amargo. Es precisamente esto lo que me pasa con una de mis favoritas, un clásico de hace 30 años, es decir de 1995: Heat (calor).

Es una historia contada desde dos puntos de vista totalmente enfrentados: el de un policia amargado, comprometido y, del otro lado, el de una ladrón profesional tremendamente frio. Quizá la mayor parte de los que la hayan visto habrán disfrutado de uno de los mejores thrillers policíacos de la historia. Pero para mí este es uno de esos casos en los que ves reflejado en un personaje mucho de ti. Me refiero a
Neil McCauley, interpretado por Robert De Niro.

Lo primero que se puede venir a la cabeza es la asociación mercenario-ladrón. De acuerdo, ninguno de los dos es un modelo a seguir por la sociedad. Pero tambien habría que tener en cuenta que es lo que lleva a una persona a convertise en lo que es. Todos tenemos una vida, un camino que hemos seguido hasta llegar a nuestra situación actual. Y en el papel de De Niro se puede ver a una persona solitaria, pero no por voluntad propia. En la parte de la cena, con sus "socios", se puede ver como disfruta rodeado de sus amigos en un buen ambiente. Y éste es para mi el momento clave de Heat. El siente algo por una diseñadora gráfica, a la que conoció en una cafetería. El problema es que el hecho de sentir eso rompe con toda su manera de ser y de ver la vida.

Es, quizas, en ese momento cuando decide retirase cuando ve que todo lo que tiene en ese momento no le hace sentirse completo como persona. Nota que le falta algo. Algo que hasta ese momento no había echado de menos. Y es por eso que se levanta un momento de la mesa para llamar a la diseñadora y preguntarle si podría verla más tarde, estar con ella.

A partir de ese momento no hay vuelta atrás. Decide que el siguiente será su último trabajo y que despues empezará una nueva vida con ella. Ha encontrado algo de lo que no se cree capaz de desprender en menos de 30 segundos si la policia le pisa los talones.

Pero camino del aeropuerto, aparece la posibilidad de vengarse de un enemigo. Aunque en un principio se resiste a hacerlo finalmente su pasado, precisamente todo lo que queria abandonar y olvidar, se apodera de él y decide ir a vengarse. Por desgracia es un buen ejemplo de como una persona decidida a empezar una vida desperdicia la oportunidad por no poder vencer a las sombras de lo que quiere dejar atrás. Podeis ver que no digo empezar de nuevo, si no empezar. Sencillamente lo de antes no era vivir, al menos para lo que ahora el descubre como vida.

Al vengarse, el policia consigue encontrarlo y, finalmente, matarlo. Lo dicho, por desgracia no siempre podemos superar nuestro pasado ni vencernos a nosotros mismos. Somos perfectamente capaces de desperdiciar la mejor oportunidad que estén dispuestos a regalarnos.

No se si he conseguido expresar lo que queria, pero me ha salido así. Y es que es muy personal, no soy capaz de ver el final de Heat, cuando toma el desvio hacia el hotel, para vengarse, abandono por que no soy capaz de ver una derrota que veo, en parte, como mia. No puedo verlo, Neil McCauley me hace recordar todas mis derrotas (pasadas, presentes y futuras) tomando esa salida de autopista.

4 Comments:

Blogger Tuxina said...

Usted, señor mercenario, está todavía a tiempo de cambiar su vida, de empezar.
En este momento puede que esté pensando en vengarse de esa persona que ha hecho sus "encargos" más difíciles, de la que le ha hecho mil y una putadas o de esa que sencillamente le molesta. Pero todavía no lo ha hecho, todavía está a tiempo de dejar todo atrás y dirigirse hacia la dirección correcta.
Ánimo señor mercenario, mucha gente sabe que debajo de ese metalgear late un corazoncito, y miles de arregladores no pueden estar equivocados.

Besos.

5:09 p. m.

 
Blogger The unknown man said...

Lo que hechó a perder a McCauley fue la venganza, pero por suerte eso es algo que yo no albergo, ni albergaré.

Ese fue su defecto, su talón de Aquiles. No es el mio, pero eso no quiere decir que yo no tenga debilidades.

5:22 p. m.

 
Blogger The unknown man said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

5:22 p. m.

 
Blogger Unknown said...

Hace poco una persona a la que considero mi amiga me contó una historia muy parecida.
Él también es alguien que va huyendo de su pasado, quiere dejarlo atrás y empezar una vida nueva al lado de una chica a la que ama. Pero la vida es dura y otra persona se hace un hueco entre los dos, impidiendo que puedan estar a solas un rato.
Lo único que diferencia a este amigo con el de la película, es que el primero no es vengativo, y prefiere pasar del tema a intentar que la otra persona (la que está en medio) se vaya a freir espárragos...

Mi consejo (aunque no estoy pa dar consejos yo...) es que prosiga con su lucha, señor mercenario, mi amigo también lo hará, estoy segura, y por eso triunfarán y dejarán atrás todo lo que quieran por estar con la persona que quieren y se merecen.

Inténtelo, sr. mercenario, usted y yo sabemos que no pierde mucho con hacer lo que debe ;)

Besiños

6:13 p. m.

 

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